Pelayo Martín
Nació en Madrid un 2 de diciembre de 1962. Hijo único y de madre soltera. Servicio militar cumplido. Aún vive en el mismo barrio donde nació, sobre las mismas aceras que pelaron sus huesudas rodillas, a la luz de la misma farola donde Arturo Barea cazaba sus mariposas. Es el elaborado resultado de una educación religiosa, maniquea y profundamente conservadora. Escribe por puro milagro y varias razones, pero la única que está dispuesto a reconocer se llama envidia.
Gracias a ese desprestigiado sentimiento, comenzó a imitar a todos aquellos que consideró dignos de su apasionado rencor. De ese modo se entregó al intento de construir castillos, crear monstruos o cargar de penalidades las vidas de sus inocentes imaginados.
Twain, Stevenson, London, Kipling, Doyle y otros muchos fueron los primeros y máximos responsables de todo ello. Después llegaron otros, pero su culpa fue menor, la semilla ya estaba plantada, y que él mal siguiera sus pasos era sólo cuestión de tiempo.