Vivimos en un momento complicado, sobre todo si se ha nacido mujer. Lucrezia, la protagonista de esta historia, se lamenta, se siente penalizada por ello. ¿Nunca ha habido una época en la que las mujeres hayan estado mejor? Un iluminador desfile de antepasadas que le cuentan sus vidas parece dar una respuesta reconfortante: la historia ha sido hecha y escrita por hombres. Las mujeres, hasta hace un par de siglos, estaban recluidas en casa y no tenían manera de que se escuchase su voz.

Este libro refleja con tono ameno y divertido esa parte de la historia que, con demasiada frecuencia, ha permanecido silenciada. Para decir a Lucrezia, y con ella a todas las mujeres que esta época difícil es, no obstante, un punto de partida. Pero aún hay mucho por hacer, y para lograr el objetivo, talvez corresponda a las mujeres salvar el mundo. Sin perder tiempo. Una novela gráfica divertida y amarga, surreal y lucidísima.